Solemnidad de Ntra. Sra. la Virgen del Carmen
Carmelita, Carmelita, ruega a Cristo por nuestro perdón
Nuestra Señora del Monte Carmelo, referida comúnmente como Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen, es una de las muchas y diversas advocaciones de la Virgen María. Su denominación procede del llamado Monte Carmelo, en Israel, cuyo nombre viene de la palabra Karmel o Al-Karem y que se podría traducir como ‘jardín’.
Con esta advocación procedente del citado monte, nacieron las distintas órdenes carmelitas repartidas por todo el mundo, masculinas y femeninas, las cuales giran en torno a esta figura mariana. Igualmente, esta advocación da nombre a todas aquellas personas que se llaman Carmen, Carmela o Carmelo, celebrando su onomástica el día de la festividad de esta Virgen, el 16 de Julio de cada año.
La familia carmelitana consagra este día, por los innumerables beneficios recibidos de la misma Santísima Virgen, en señal de servidumbre.
La Orden del Carmen no tiene un hombre o mujer a quien puede acudir como fundador o fundadora. Un grupo de cruzados, penitentes y peregrinos dieron vida a la futura Orden del Carmen en la última década del siglo XII en las laderas del monte Carmelo, en Palestina. De ahí les viene el nombre con el que son conocidos: carmelitas: “Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo”.
El primer documento escrito que conocemos es la “Regla” : San Alberto Avogrado o de Vercelli, patriarca de Jerusalén (+1214) les entregó una breve Norma de vida. La Regla Albertina recibida en 1209 será siempre punto de referencia y el libro fundamental de la historia y espiritualidad de la Orden del Carmen. Con ella comienza el Carmelo.
Es cierto que en la Norma de vida no se menciona explícitamente a la Virgen, pero pronto descubrirán su presencia en el espíritu de la regla como modelo a seguir en sus prescripciones.
Al no tener fundador, su ideal de perfección se fue afianzando y perfilando lentamente. Ese ideal se fue centrando en la experiencia de una intensa vida interior, unida a una relativa irradiación apostólica, a ejemplo del profeta Elías y de la Virgen María. La finalidad que une a la incipiente comunidad no es otra que la de vivir en obsequio de Jesucristo, al que implícitamente eligen como patrón y Dominus Loci (Señor del lugar), pero su elección explícita es para la madre del Hijo, la Virgen María.
En ella se fijan, en su inefable bondad y en sus cuidados de madre. Ella será su patrona especial y la Señora del lugar. El título “Señor del lugar” afianza el sentido de pertenencia, pertenecían a Dios y a la misma Virgen María. Desde entonces a la Virgen se le llamará patrona, madre, fundadora de la orden. Podían haber elegido otro patrón y otra patrona, pero prevaleció el amor a la Santísima Virgen. Y prevaleció hasta tal punto, ya desde sus orígenes, que convirtió en mariana a su misma institución.
En España la Virgen del Carmen, es patrona del mar y de la Armada Española. Es uno de los países donde más arraigada se encuentra esta advocación. Los pescadores la nombraron su fiel protectora y además la Marina Española le ha concedido el título de Patrona. Por esta razón, la Virgen del Carmen es conocida como Stella Maris «la estrella de los mares».
El primer convento carmelita de la Península Ibérica aparecería en Perpiñán (Francia), entonces ciudad de la Corona de Aragón, estableciéndose su fecha fundacional entre 1265 y 1269. Su propagación fue rápida por toda la península Ibérica, llegando a la ciudad de Sevilla en1358, ciudad desde la que se impulsará la creación de la destacada Provincia Bética Carmelitana, en 1499. En esta época empezarán a surgir las primeras comunidades femeninas de religiosas carmelitas en todo el territorio. Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, también durante el siglo XVI, introdujeron profundas reformas en el seno de la Orden dando origen a los «Carmelitas Descalzos», una nueva congregación más austera que se separa de la orden matriz, la cual pasó a llamarse «Carmelitas Calzados» o de la «Antigua Observancia». A pesar de esta división, continuaron en siglos sucesivos su camino espiritual por todo el mundo.
Prácticamente todos los pueblos y ciudades de la costa española rinden culto religioso a la Virgen del Carmen, organizándose procesiones y vistosas romerías marítimas portando su imagen cada 16 de Julio: destacan las celebraciones de Santander, Santurce, Águilas, Algeciras, Barbate, Cádiz, Camariñas, Cee, Chiclana de la Frontera, Corcubión, El Perelló, Puerto de Santa María, Estepona y muchos otros lugares desde el norte hasta el sur y de oeste a este.
Pero es quizá más significativo, por antiguo y secular, el enraizamiento de la advocación en determinadas localidades del interior no vinculadas con el mar, pero consagradas históricamente a la Virgen del Carmen: Asturianos, Baeza, Cox, Dúrcal Guadix, Jerez de la Frontera y La Rioja entre otras. Incluso en la Semana Santa de Sevilla, procesiona la Hermandad del Carmen Doloroso en el Miércoles Santo
DIVINA AURORA ¡OH CARMELITA!
ESCUDO CARMELITA
Hay dos documentos de 1230 en los que se dice que los ermitaños del monte Carmelo habían levantado una capilla en honor de la Virgen María.
Bajo Inocencio IV, en 1247, los eremitas del Carmelo se convierten en cenobitas y forman parte de las grandes órdenes mendicantes. La liturgia y la legislación de la orden se llenan de preceptos y prácticas para avivar más y más la devoción a la Virgen María hasta convertirla como fin principal de su existencia.
El amor ascendente de la Orden del Carmen hacia María ha sido especialmente en estas vertientes: Patrona – Madre – Hermana – Reina – Virgen Purísima – y Madre del Escapulario.
Las Constituciones de 1324 traen la famosa “Rubrica Prima” en la que se contesta a la pregunta: ¿Por qué nos llamamos Hermanos de la Virgen María? Y da la respuesta: Porque construyeron una iglesia en honor de la Bienaventurada Virgen María y de ella eligieron el título de Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, con el que son llamados por privilegio apostólico.
El Carmelo es todo mariano. Vivir en unión con María y hacerlo todo por María, en María y para María, Juan Bacontorp (+1348), en su Tratado sobre la Regla Carmelita, intenta probar que la regla del Carmelo es copia de la misma vida de la Virgen.
Un libro llamado “Institución de los Primeros Monjes” insiste en que el carmelita debe tratar de imitar a la Virgen María y que como la vida que llevan los carmelitas se parece tanto a la que llevó la Virgen María, la llama su “hermana”.
La vida del carmelita está consagrada totalmente al servicio de María. ¿Cuál es la misión del Carmelita? Responde en 1370 Juan de Hildesheim: “La misión de la Orden del Carmen en la Iglesia es continuar el amor que Jesús profesó en la tierra a su madre María”.
Los carmelitas siempre la llaman Nuestra Santísima Madre. Sus santos, sus escritores y todos los religiosos están consagrados totalmente a María desde el día que visten el hábito del Carmelo. A sus casas se les llama “Casas de María”. El Carmelo es todo mariano. Nada que se refiera a María es ajeno al carmelita”.
El carmelita Miguel de los Santos (+1648) enriquece la mariología con su doctrina de vivir en unión con María y hacerlo todo por María, en María y para María, para que ella nos lleve a hacerlo todo por Jesús, en Jesús y para Jesús.
¿CÓMO SE ORIGINÓ EL ESCAPULARIO?
La palabra escapulario viene del latín «scapulae» que significa «hombros». Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros. Para los Carmelitas particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás. El escapulario de la Virgen del Carmen, es el signo externo de la devoción mariana, que consiste en la consagración a la Santísima Virgen María por la inscripción en la orden carmelitana, en la esperanza de su protección maternal. El escapulario es un sacramental: “un signo sagrado según el modelo de los sacramentos por medio del cual se significan efectos, sobre todo espirituales, que se obtienen por la intercesión de la Iglesia”.
Los Carmelitas nacen en el Monte Carmelo y pronto se vieron obligados a emigrar a Occidente. En Europa no fueron bien recibidos por todos. Por ello el superior general de la orden, San Simón Stock, suplicaba con insistencia la ayuda de la Santísima Virgen. En 1251 se realizó el prodigio: Un santoral del siglo XIV lo cuenta así:
“Se le apareció la Bienaventurada Virgen María acompañada de una multitud de ángeles, llevando en sus benditas manos el escapulario de la orden y diciendo estas palabras: “Éste será el privilegio para ti y todos los carmelitas; quien muriere con él no padecerá el fuego del infierno, el que muriere con él, se salvará”.
Esta gran promesa, de morir en gracia de Dios quién llevando el escapulario, piadosamente muera con él, lo recordaba Pío XII en 1950: “Y, en verdad”, decís, no se trata de un asunto de poca importancia, sino de la consecución de la vida eterna en virtud de la promesa hecha, según la tradición, por la Santísima Virgen…”
Por todas partes se difundió esta devoción y uso del escapulario hasta que fue el vestido de reyes y nobles, de pobres y ricos, clérigos y seglares, de todos los tiempos y lugares
PRIVILEGIO SABATINO
Junto a la devoción del escapulario se encuentra el privilegio sabatino que la tradición nos ha transmitido con estas palabras: “Yo, su Madre de Gracia, bajaré el sábado después de su muerte y a cuantos, religiosos, terciarios y cofrades, hallare en el Purgatorio los libraré y los llevaré al monte santo de la vida eterna”.
SIMBOLISMO DEL ESCAPULARIO
- Es como el vestido de María
- Es un sacramental mariano que recuerda la vestidura de la gracia del bautismo.
- La pertenencia a una orden consagrada totalmente a Dios.
- En él están simbolizadas todas las virtudes de la Virgen María.
- La Virgen María entregó este tesoro, que es preciso saberlo cuidar, vivir y propagar.
- Ha sido elogiado y promovido por todos los Papas del siglo XX
San Pío X: “El escapulario no es más que el símbolo de otro interior que nosotros mismos debemos trabajar por vestir nuestro espíritu”.
Benedicto XV: “…os dejo un arma común, el arma del escapulario por el cual la protección de la Virgen continúa con vosotros incluso después de la muerte”
Pio XI: “Recomendamos vivamente esta devoción del escapulario…”
Pío XII: “Entre las devociones a la Virgen María debe colocarse, en primer lugar, la devoción del escapulario de los carmelitas… es signo y símbolo de las virtudes de María”.
San Juan XXIII. “En medio de todas las dificultades está la Madre, la Virgen del Carmen”.
San Pablo VI: “Entre las devociones a María que recomendaba el Vaticano II creemos se han de contar el rosario mariano y el uso devoto del escapulario del Carmen”.
San Juan Pablo II: “La Madre del santo escapulario, nos habla de este cuidado materno, de esta preocupación suya de vestirnos. Vestirnos con la gracia de Dios y ayudarnos a llevar siempre blanco este vestido”. “También yo recibí el escapulario de la Virgen del Carmen, creo que cuando tenía diez años, y aún lo llevo”.
Benedicto XVI: El escapulario es un signo particular de la unión con Jesús y María .Para aquellos que lo llevan constituye un signo del abandono filial en la protección de la Virgen Inmaculada. En nuestra batalla contra el mal, que María, nuestra Madre, nos envuelva en su manto”.
Francisco: Dejemos que la Virgen María nos guíe por el sendero que conduce a la santa montaña que es Cristo, donde se encuentran Dios y el hombre».
- En el año 2001 se cumplieron 750 años del escapulario del Carmen. Con este motivo, el papa Juan Pablo II escribió a los Carmelitas: “Quien se reviste del escapulario se introduce en la tierra del Carmelo, para “comer sus frutos y sus productos”. “Dos son las verdades evocadas en el escapulario: por una parte, la protección continua de la Virgen Santísima y por otra, la certeza de que la devoción a ella no puede limitarse a oraciones y homenajes, sino que debe constituir un “hábito”, es decir, una orientación permanente de la conducta cristiana. El escapulario se convierte en signo de alianza y de comunión entre María y los fieles”.
LA FIESTA DEL CARMEN EL 16 DE JULIO
Es evidente un hecho. Los ermitaños que constituyen la primera comunidad en el monte Carmelo, a finales del siglo XII, aman tiernamente a la María. En los primeros siglos, los carmelitas celebraron como patrona principal de la orden a la Virgen María bajo diversas advocaciones, en especial la Anunciación, Asunción y sobre todo la Inmaculada Concepción. Esto indica que se tenía como verdadera Madre y Fundadora de la Orden del Carmen a la Virgen María.
La fiesta empezó como fiesta de familia en el interior de la orden, primeramente en Inglaterra, pero muy pronto se extendió por otras partes por medio del escapulario que vino a hacerse tan popular por los milagros que por su medio se realizaban.
En el Capítulo general de 1609 se impuso para toda la orden la Solemne Conmemoración de la Virgen María del Monte Carmelo, que ya se venía celebrando en algunas partes desde el siglo XIV. Benedicto XIII en 1725 la extendió a toda la Iglesia.
La fecha del 16 de julio es la fecha de la aparición a San Simón Stock en Cambridge en 1251 con la entrega del escapulario. El sentido de la fiesta es la conmemoración solemne de los beneficios de María del Carmelo y es también la fiesta de la consagración del Carmelo a María.
PATRONA DEL MAR
San Simón Stock compuso dos oraciones a la Virgen del Carmelo:
La primera comenzaba: “Salve, Estrella de la mañana…”
Y la otra concluía con la expresión: “Estrella del mar”.
Desde hace siglos se nombró abogada y capitana de los mares a la Virgen del Carmen, pues, con su santo escapulario, obró siempre muchos prodigios en el mar.
En 1901 la reina regente de España, Cristina, nombraba a la Virgen del Carmen patrona de la Marina Mercante. En 1938, fue nombrada también patrona de la Marina de Guerra, de la Marina Pesquera y de la Marina Recreativa.
La Virgen del Carmen suscita la idea de salvación
El poeta Francisco de Cossío escribía: “La advocación de la Santísima Virgen del Carmen suscita en mí la idea de salvación. De ahí el sentido marinero de la Virgen del Carmen. El escapulario es como un salvavidas de la eternidad”.
Así se presenta la Virgen del Carmen:
-En la vida protejo.
-En la muerte, ayudo.
-Después de la muerte, salvo.
LA ORDEN CARMELITA EN LA RIOJA
En La Rioja también hay mucha devoción a esta advocación Mariana y en muchas de sus localidades se celebra dicha festividad con procesiones de sus respectivas imágenes.
El pueblo fiel de La Rioja y de Logroño, participaba años atrás en la festividad de la Virgen del Carmen con misas y magníficas procesiones, estando todavía muy presentes en la retina de muchos Riojanos y Logroñeses. Para nuestro pesar, aquellas procesiones multitudinarias por los alrededores de la parroquia carmelita, con rezos y cánticos en honor a la Virgen, forman ya parte de la historia y del recuerdo. Hemos estado buscando y solicitando alguna fotografía de dichas procesiones en la capital Logroño, para ilustrar estos apuntes y ha sido imposible encontrar alguna de aquellas instantáneas.
Pero este año, y con el gran aumento cofrade de Ntra. Sra. del Carmen, ésta Cofradía volverá a procesionar una de las imágenes de que dispone la Parroquia y la Cofradía, la cual ya está dispuesta y preparada en las andas a la espera de finalizar la Eucaristía de las 20 horas del 16 de julio, para iniciar el recorrido.
Los Carmelitas en Logroño
La presencia de los Carmelitas en nuestra ciudad data de 1628, pero como veremos a continuación es casi una fundación itinerante por sus muchos traslados dentro del casco urbano hasta lograr el emplazamiento actual.
Se fundó en la calle Ruavieja, en el portal de la casa de María de Larreategui, desde la madrugada del 19 de septiembre hasta el 26 de octubre del año 1628. Durante un mes largo.
Tras ese breve periodo se pasó a la calle de la Herbentia (hoy, Portales) en la casa de doña Daría Antonia Moreno, durante cuatro meses aproximados, desde el 26 de octubre de 1628 hasta febrero de 1629.
Por razones varias se da un nuevo traslado a la calle y casa de las Cadenas, propiedad de doña María Fernández, durante ochos años aproximadamente, desde febrero de 1629 hasta 1637.
Después de vivir esos nueve años de prestado se piensa levantar un convento nuevo junto a la puerta Vieja, en una heredad de Juan Fernández; se pone la primera piedra y una cruz en 1630 y se inician las obras. El prior fray José de Jesús, natural de Cabrejas (Soria) manda parar las obras en 1632 por no ser lugar oportuno.
Se busca un nuevo emplazamiento, esta vez junto a la puerta Nueva, inmediata a los extramuros de la Ciudad, hoy Muro del Carmen, en un lugar privilegiado donde hoy está situado el Instituto de Bachillerato Sagasta, en la glorieta del «Doctor Zubía». Tracista de la obra fue el carmelita Hno. fray Nicolás de la Purificación. Los constructores: Francisco Palacios Montañes y Juan de Gorizabal Vizcaíno. Se colocó la primera piedra el 5 de mayo de 1634 y se termina tres años más tarde en 1637. Y en este convento, estuvieron los Carmelitas de forma ininterrumpida por espacio de 173 años, hasta 1810.
Vueltos de la exclaustración, residen los Carmelitas en la calle de San Agustín, en el edificio que ahora aloja al Museo de la Rioja, y cuya casa fue arrendada por 250 ducados al año a doña Anacleta de Santa Cruz Uribe, madre de doña Jacinta Martínez de Sicilia y Santa Cruz, esposa del general Espartero. Su antiguo convento del Muro del Carmen lo encontraron totalmente arrasado y destruido. En esta edificación permanecerán unos cuatro años, de 1814 a 1818.
Tras la construcción total del convento se vuelve por segunda vez junto al Muro del Carmen, en el solar del anterior. Actuó como tracistas, el Hno. fray José de Santa Teresa y el arquitecto don Mateo Garay. El constructor principal fue, el maestro Manuel Zelaya. Transcurrieron en este edificio por espacio de aproximadamente 17 años, desde 1818 hasta la desamortización de 1835.
Tras casi un siglo de ausencia de Logroño, vuelven los Carmelitas a nuestra ciudad en 1917 y se instalan como capellanes de las Madres Carmelitas, venidas a Logroño en 1657. El convento de las Carmelitas estaba entonces en lo que se llamaba la Vuelta del Peine, al otro lado del ferrocarril y de la Pasarela. Aquí permanecen los Carmelitas durante 25 años, desde 1917 hasta 1942. En ese año se trasladan a una residencia de la calle Vara de Rey durante 5 años, desde 1942 hasta 1947.
En 1947 la iglesia se construye un nuevo convento y se constituye en Parroquia del Carmen, obra del arquitecto D. Agapito del Valle, neogótica, en las calles Vara de Rey y Doctores Castroviejo, en un enclave privilegiado de Logroño, desde el 20 de febrero de 1947 hasta 1973, durante 26 años.
Una nueva ubicación comienza a prepararse. La comunidad se traslada a una Residencia próxima, mientras las obras de la nueva Iglesia se realizan. Se celebraba el culto todavía en la parroquia antigua durante los tres años, de 1973 a 1976. Y por fin, se asienta la comunidad con Parroquia y Residencia nuevas desde el 2 de febrero de 1977, hasta nuestros días.
El funcionamiento actual de la casa es una parroquia con las diversas actividades inherentes a ella, y a las que está totalmente dedicada la comunidad: Culto y atención a las confesiones; Preparación de padres para la recepción de los Sacramentos de sus hijos; Bautismo, Penitencia, Eucaristía y Confirmación, Catequesis continuada de infancia, adolescencia y juventud, Cursillos de preparación al matrimonio con novios, Grupos de Oración, Cáritas, Conferencias de San Vicente de Paúl, Carmelo Seglar, Cofradía del Santo Cristo de los Enfermos y Nuestra Señora la Virgen del Carmen, Vida Ascendente, Grupo Bíblico, Comunidades Neocatecumenales, Pastoral de la Salud, Centro de Escucha, Grupos de Liturgia, Pastoral de la Salud, Etc.
CONVENTO SANTUARIO DEL CARMEN EN CALAHORRA
Existe una gran devoción en Calahorra, en sus alrededores y en toda la Ribera navarra. Se la conoce como Reina de la Ribera
Fundado en 1603 posee un gran retablo clasicista del s. XVII, con una bella Virgen del Carmen barroca atribuida a Gregorio Fernández. Esta imagen fue coronada canónicamente como Reina de la Ribera el 16 de Julio de 1957, celebrándose este aniversario todos los años con la presencia masiva de fieles de toda la comarca.
La última capilla de la derecha conserva la lápida del obispo Alfonso de Mena y Borja, apodado El Obispo Incrédulo, ya que no se creía que los frailes se levantaran a medianoche al rezo de Maitines. Una noche, bajó secretamente al convento. Al comprobar que era cierto que los frailes rezaban a esas horas, se excusó públicamente y pidió ser enterrado en este templo, pero en un lugar donde lo pisaran los frailes al entrar a rezar. Así se hizo, aunque la lápida sepulcral se encuentra en la pared y no en el suelo, ya que estorbaba al paso.
El convento sufrió mucho como consecuencia de la Desamortización de 1835 al 1837. En 1883, los padres Carmelitas franceses, pertenecientes a la provincia eclesiástica de Avignon-Aquitania, restauraron el convento. Y en 1922 lo vuelven a ocupar los Padres Carmelitas españoles de la provincia de Navarra que están hasta septiembre de 1927, fecha en que se lo adjudican a los Padres Carmelitas de la provincia de San Juan de la Cruz de Burgos.
Hasta hace unos años atrás, han estado en este Convento, los padres Carmelitas que pertenecen a la provincia de San Joaquín de Navarra. Llegaron a este convento el 28 de septiembre de 1970.
Ante el anuncio en el año 2020 de que la Orden de los Carmelitas Descalzos no seguirían en el Convento de Nuestra Señora del Carmen de Calahorra a partir del 30 de septiembre, levantó un gran pesar entre la feligresía.
Mientras se encontraba una solución a este Convento, Santuario del Carmen, se acordó mantener varias misas los domingos para los devotos de la Virgen y aquellas personas que acostumbran a visitar asiduamente el templo. Se informó que a pesar del anuncio del cierre del convento se seguirá celebrando la misa dominical de las diez de la mañana y la de las doce y el compromiso de continuar con la celebración de la fiesta de la Virgen del Carmen, el 16 de julio, muy arraigada en Calahorra.