Solemnidad de Santa Teresa de Jesús. Doctora de la Iglesia.

  • Recomendamos oír todos los «audios» contenidos dentro de este post, insertados al final del mismo. Son temas sobre poemas de Santa Teresa de Jesús.

SANTA TERESA DE JESÚS.

El 15 de octubre el Santoral de la Iglesia Católica, celebra a Santa Teresa de Jesús, Virgen y Doctora de la Iglesia. Maestra de la Luz.
Nace en Ávila, ingresa en el monasterio de las carmelitas de la Encarnación. Maestra de oración para el pueblo de Dios y Fundadora del Carmelo Teresiano. Supo conciliar el don de gentes con el trato íntimo con Dios; la actividad incesante con la vida contemplativa. A través de sus obras, entre las que destacan el Libro de la Vida, el Camino de perfección, Las Moradas, y Las Fundaciones, ha ejercido en la Iglesia un luminoso magisterio espiritual, por el que el Papa Pablo VI la reconoció, proclamándola Doctora de la Iglesia en el año 1970, convirtiéndose en la primera mujer, junto a Santa Catalina de Siena, que recibió este título.
Fue la reformadora del Carmelo, Madre de las Carmelitas Descalzas y de los Carmelitas Descalzos. Es la patrona de los escritores católicos y tiene el título de «mater spiritualium», tal y como aparece escrito en la estatua que la recuerda en la basílica vaticana.

Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada.

Hacia las 5 de la mañana del miércoles 28 de marzo de 1515, nacía en una casa de campo del municipio de Gotarrendura en la provincia de Ávila, una niña a la que su abuela, Dña. Teresa de las Cuevas, le impuso el nombre de Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada.

Se cree que la palabra «Teresa» viene de la palabra griega «teriso» que se traduce por «cultivar»; cultivadora. O de la palabra «terao» que significa «cazar», «la cazadora». Como bien dice el Padre Sálesman en la biografía de la Santa, ambos títulos le quedan bien a Santa Teresa, por ser ella «Cultivadora» de las virtudes y «cazadora» de almas para llevarlas al cielo.

Fue bautizada en la Iglesia de San Juan de Ávila. Sus padrinos fueron Dña. María del Águila, (hija de D. Francisco Pajares, amigo de la familia) y D. Vela Núñez, (posiblemente familia de D. Blasco Núñez Vela, primer virrey de Perú.

Su padre, D. Alonso Sánchez de Cepeda, hijodalgo (de nobleza no titulada) de España, se casó en segundas nupcias con Dña. Beatriz de Ahumada, el 14 de mayo de 1509, tras quedar viudo de su primera esposa, fallecida de peste bubónica el 8 de septiembre de 1507.

El matrimonio tuvo diez hijos: Hernando, nacido en 1510; Rodrigo, en 1513; Teresa, en 1515; Juan, en 1517; Lorenzo, en 1519; Antonio, en 1520; Pedro, en 1521; Jerónimo, en 1522; Agustín, en 1527; y Juana, en 1528. Del primer matrimonio con Dña. Catalina del Peso y Henao, D. Alonso tuvo otros dos primeros hijos; María, en 1506; y Juan, en 1507.

Todos los hijos varones de D. Alonso, ingresaron en la carrera militar. Con la primera de las hijas, D. María, D. Alonso invirtió casi todo su patrimonio en la dote para su matrimonio y quedó casi totalmente arruinado.

Dña. Beatriz murió en 1528, probablemente tras el nacimiento de su última hija Dña. Juana, y D. Alonso falleció el 24 de diciembre de 1543.

Teresa, desde sus primeros años, mostró una imaginación vehemente y apasionada. Su padre, aficionado a la lectura, tenía algunos romanceros y libros de vida de Santos. Esto hizo que pudiera dedicar mucho tiempo de su infancia a estas lecturas (sobre todo a los libros de caballerías) y a las prácticas piadosas, que comenzaron a despertar el corazón y la inteligencia de la pequeña Teresa con seis o siete años de edad.

Aficionada a la lectura de libros de caballerías y también de las vidas de santos (ella misma, en su biografía, cuenta que cuando era niña, siempre estaba leyendo algún libro). Le llamaba mucho la atención el heroísmo de los que preferían morir antes que renegar de la fe. Sobre el infierno y el paraíso, también meditaba mucho y le llamaba poderosamente la atención que ambas opciones fuesen para toda la eternidad. Muy unida y junto a su hermano Rodrigo, dos años mayor que ella, repetía las palabras «Para siempre, siempre, siempre».

Aquella afición a este tipo de lecturas, la llevaron a fantasear y emprender una escapada

infantil con su hermano Rodrigo a «tierra de moros»,​ incluso para ser decapitados por la fe. Se llevaron de casa algunas provisiones y planearon para cuando se les acabasen estas, ir pidiendo limosna.

Fueron encontrados por su tío D. Francisco Álvarez de Cepeda, cuando se encontraban en la Cruz de “Los Cuatro Postes” y llevados de vuelta a casa, donde fueron muy reprendidos. ​

Convencidos de que su proyecto era irrealizable, los dos hermanos acordaron ser ermitaños. Junto a ellos, sus primos construían ermitas con piedras en los terrenos de la casa de campo de Gotarrendura.

Cuando Teresa cumplió trece años, perdió a su madre. Ella le pidió a la Virgen María que fuese su nueva madre a partir de entonces.​ Después de ese trauma familiar, sus hermanos emprendieron uno a uno el camino de las milicias en las Indias Occidentales, sin permanecer ninguno de ellos en el hogar familiar.

Además de la lectura, las diversiones propias de su edad consistían en paseos, fiestas familiares o locales, y los juegos de sociedad, entre los que destacaba el ajedrez.​ En su obra “Camino de perfección”, hace una metáfora con el ajedrez y la vida espiritual: hay que apropiarse del rey, que sería el Rey de los Cielos; la reina es capaz de poner a las otras piezas en apuros, pero siempre de forma oportuna, y desempeña el papel de la humildad.

En julio de 1531, y a instancias de su padre, Teresa entró como alumna y pupila en el convento recién instaurado de las monjas agustinas de Santa María de Gracia. Este convento tenía una pensión donde se enseñaba a las jóvenes labores de bordado y prácticas religiosas, mientras estaban en espera de casarse. En dicho convento entró años antes como monja, María de Briceño, que pasó a encargarse de las novicias y de las alumnas.​ La influencia de esta monja, fue muy positiva para que Teresa aprendiese sobre oración y vida espiritual.

Pasó en este convento dieciocho meses.​ No quería casarse y, gracias al ejemplo de María de Briceño, decidió ser ella misma también monja. ​Pero al año siguiente tuvo que volver a su casa aquejada de una grave enfermedad.

Determinada a tomar el hábito carmelita contra la voluntad de su padre, en 1535 huyó de su casa para dirigirse al convento de la Encarnación. Vistió el hábito al año siguiente, y en 1537 hizo su profesión.

Por entonces empezó para ella una época de angustia y enfermedad, que se prolongaría hasta 1542. Durante estos años confiesa que aprendió a confiar ilimitadamente en Dios y que empezó a practicar el método de oración llamado «recogimiento», expuesto por Francisco de Osuna en su “Tercer abecedario espiritual”.

Repuesta de sus dolencias, empezó a instruir a un grupo de religiosas de la Encarnación en la vida de oración y a planear la reforma de la orden carmelitana para devolverle el antiguo rigor, mitigado en 1432 por el papa Eugenio IV.

Empezó entonces a ser favorecida con visiones «imaginarias» e «intelectuales», visiones que habrían de sucederse a lo largo de su vida y que determinaron sus crisis para averiguar si aquello era «espíritu de Dios» o del «demonio». Su ideal de reforma de la orden se concretó en 1562 con la fundación del convento de San José. Se inicia entonces una nueva etapa en su vida, en la que la dedicación a la contemplación y la oración es compartida con una actividad extraordinaria para conseguir el triunfo de la reforma carmelitana.

Desde 1567 hasta su muerte, fundó muchos conventos de monjas, y también de frailes, recorriendo más de seis mil kilómetros por aquellos maltrechos caminos españoles del siglo XVI.

Sus conventos fueron levantándose a un ritmo prodigioso: Medina del Campo (1567), Duruelo (1568), Malagón (1568), Valladolid (1568), Toledo (1569), Pastrana (1569), Salamanca (1570), Alba de Tormes (1571), Segovia (1574), Beas de Segura (1575), Sevilla (1575), Caravaca (1576), Villanueva de la Jara (1580), Soria (1581), Palencia (1581) y Burgos (1582).

En 1568 se erigió en Duruelo el primer convento reformado masculino, gracias a la colaboración de San Juan de la Cruz y del padre Antonio de Heredia. Redactó las Constituciones (1563), que fueron aprobadas en 1565 por Pío IV, y que se basan en los siguientes puntos: vida de oración en la celda, ayuno y abstinencia de carne, renuncia de rentas y propiedades (comunales o particulares) y práctica del silencio.

Para ayudar a sus religiosas a la realización de su ideal de vida religiosa compuso Camino de perfección (escrito entre 1562 y 1564 y publicado en 1583) y Las moradas o Castillo interior (1578). La reacción de los miembros de la antigua observancia carmelita llegó a su punto culminante en 1575, año en que denunciaron a los descalzos a la Inquisición. Un breve de Roma, en 1580, ordenó la separación de las dos órdenes.

Teresa salió de Burgos a finales de julio de 1582 con su enfermera, la monja Ana de San Bartolomé (Ana García Manzanas), y su sobrina Teresa. Llegó a Alba de Tormes el 20 de septiembre. ​Se encontraba muy enferma, se fue al Carmelo y se acostó.

En contra de la opinión de los médicos, se levantó para ir a misa y para inspeccionar el Carmelo. Trató los problemas de este convento y también trató de otro tema del convento de Salamanca.

El día 29 de septiembre, quedó postrada en la cama.

Se confesó, comulgó y realizó unas recomendaciones a las monjas carmelitas el día 2 de octubre. Comentó con Ana de San Bartolomé que, si mejoraba, iría a Ávila.

Antonio de San José, en un momento de su conversación con ella, le preguntó si quería que cuando falleciese, llevasen su cuerpo a Ávila. Ella dijo que no le importaba que la enterrasen en Alba.

El 3 de octubre, a las nueve de la noche, recibió la extremaunción. Murió, en los brazos de Ana de San Bartolomé, a las nueve de la noche del 4 de octubre de 1582 (al día siguiente el calendario juliano fue sustituido por el calendario gregoriano en España, por lo que, al día de su fallecimiento, le sucedió el día viernes 15 de octubre).

El cuerpo de Teresa, que no se embalsamó, fue envuelto en una tela bordada con oro, regalo de los duques de Alba, y puesto en un ataúd de madera. El ataúd estuvo expuesto en la capilla del Convento de la Anunciación hasta la misa funeral, que se celebró, según el nuevo calendario, el 15 de octubre.

La patrona del convento, Teresa de Layz, la priora, Antonio de Jesús y los duques de Alba decidieron que el cuerpo de la santa, de gran valor, se quedase allí y apresuraron el entierro. Un albañil y un carpintero realizaron un nicho en el muro que separa la capilla del coro de las religiosas y fue enterrada el mismo día 15 de octubre.

Metieron tierra y piedras en el nicho, presionaron la argamasa a golpe de mazo e incluso, rompieron la tapa del ataúd. Las monjas protestaron por que se la enterrase así, pero sus protestas fueron inútiles. Nueve meses después, en julio de 1583, llegó el entonces provincial, Jerónimo de la Madre de Dios. Este, con la ayuda del carmelita descalzo Cristóbal de San Alberto y las monjas del convento, que querían ver el cuerpo de la santa, fueron a exhumar el cuerpo. Comenzaron el 4 de julio y tardaron 4 días en retirar las piedras que cubrían el ataúd. Pensaron que el cuerpo no se había descompuesto, porque de la sepultura provenía un suave olor. Al abrir el ataúd descubrieron que el cuerpo estaba intacto, como si acabasen de enterrarla.

En 1604 se inició el proceso de canonización de Teresa.

En 1614 fue declarada beata, y en 1622 fue canonizada por Gregorio XV.

En 1970 fue proclamada doctora de la Iglesia, siendo la primera mujer que recibía esta distinción.

BIBLIOGRAFÍA DE SANTA TERESA DE JESÚS


* Camino de perfección (1562-1564)
* Conceptos del amor de Dios
* Castillo Interior o las moradas.
* Vida de Santa Teresa de Jesús (1562-1565)
* Libro de las relaciones; Libro de las fundaciones (1573-1582)
* Libro de las constituciones (1563)
* Avisos de Santa Teresa
* Modo de visitar los conventos de religiosas
* Exclamaciones del alma a su Dios
* Meditaciones sobre los cantares
* Visita de descalzas
* Avisos
* Ordenanzas de una cofradía
* Apuntaciones
* Desafío espiritual
* Vejamen.

AUDIO DEL POEMA «VIVO SIN VIVIR EN MÍ»

AUDIO DEL POEMA «MI AMADO ES PARA MI»

AUDIO DEL POEMA «NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE»

Algunos «retazos y frases» más conocidos de Santa Teresa de Jesús.

  • .Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero.
  • Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa. Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta
  • Teresa, sin la gracia de Dios, es una pobre mujer; con la gracia de Dios, una fuerza; con la gracia de Dios y mucho dinero, una potencia.
  • La vida es una mala noche en una mala posada.
  • La única razón que encuentro para vivir, es sufrir y eso es lo único que pido para mí.
  • No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor.
  • El que no sirve para servir, no sirve para vivir.
  • Y otras más de treinta poesías.

Primer milagro de Santa Teresa de Jesús.

Como primer milagro (sucede en el año 1561), la resurrección del niño Gonzalo de Ovalle, hijo de su hermana Juana y por lo tanto, sobrino de la santa, niño de corta edad, que apareció muerto en su casa de Ávila. Dicho domicilio se estaba adecuando para convento carmelita. El niño volvió a la vida tras las oraciones de la Santa.

ORACIÓN A SANTA TERESA DE JESÚS

Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de Tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mí también, te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
por todos los hombres.
Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.
Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios.
Amén.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *